martes, 15 de junio de 2010

CONSTRUYENDO.

ANTHONY DE MELLO.

Un hombre sabio llamó a uno de sus trabajadores y le dijo, "Ve a la parte más profunda del país y constrúyeme una casa. Las decisiones del plano y de la construcción propiamente dicha están en tus manos, pero recuerda, tu trabajo es para un amigo mío muy especial."

Y así el trabajador partió con un corazón ligero a su campo de trabajo. Materiales de todo tipo abundaban allí, pero el trabajador tenía sus propias ideas. "Seguramente, pensaba, conozco mi negocio. Puedo usar materiales de menor cantidad y engañar a mi patrón un poquito, y aún así hacer que el trabajo final se vea bien. Solo yo sabré que lo que construí tiene puntos débiles."

Finalmente se terminó la construcción y el trabajador se reportó con el hombre sabio. "Muy bien," dijo. "Ahora ¿recuerdas que yo deseaba que usaras sólo los mejores materiales en esta casa porque quería regalársela a alguien?, mi amigo, tú eres para quien mandé construir esa casa. Es toda tuya."

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