lunes, 6 de diciembre de 2010

EL LOCO.

KHALIL GIBRAN.

En el jardín de un sanatorio para dementes, trabé conocimiento con un varón joven de cara pálida, bastante agradable y pleno de asombro.

Y después de sentarme a su lado en una banca, le pregunté: -"¿Por qué causa estás aquí?"

Y aquel joven varón me observó, atónito, y me contestó: -Es en verdad una pregunta inoportuna, pero te responderé. Sucede que mi padre deseaba que me pareciese yo a la imagen de él. Mi madre deseaba que me pareciese yo a la imagen de su ilustre progenitor. Mi hermana me daba el ejemplo de su marido, que es hombre de mar, para que continuara su ejemplo.

Mi hermano quiere que me asemeje a él, que es un famoso deportista.

Y mis profesores, asimismo, deseaban que fuese yo como ellos: el doctor en filosofía, el profesor de música, el de lógica...; todos ellos se encontraban empeñados en que fuera yo una imagen fiel, como la de un espejo, de la cara de cada uno de estos varones.

Así que, por lo tanto, vine a este lugar. Creo que este sitio es el más saludable... Al menos aquí, puedo ser yo mismo."

De improvisto, aquel joven joven varón se giró hacia mí y me mandó: -Pero explícame, ¿también tú arribaste a este sitio, forzado por tus educadores y los buenos consejos?"

Le respondí: -No, solamente estoy de visita."

Y el joven varón comentó despectivo: "¡Ah!, tú eres de los que habitan en el manicomio, al otro lado de esa valla."

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